Tratamiento de Arrugas Frontales y Perioculares con Toxina Botulínica
La Toxina Botulínica, en origen producida por el Clostridium botulinum, como manifestación de la enfermedad -el botulismo- causada por esta bacteria, produce parálisis muscular. Este fenómeno, actualmente tiene múltiples aplicaciones en diferentes especialidades como la oftalmología, la neurología, pero es dentro del campo de la medicina estética donde más se ha popularizado su uso. Su aplicación para la corrección de arrugas frontales, de forma transitoria, se hace con pequeñas dosis inyectadas en los músculos que pretendemos relajar (NUNCA VA A HACER UN EFECTO RELLENO), con agujas muy finitas y de forma ambulatoria. Tras el tratamiento esos músculos quedarán bloqueados y relajados, viéndose en resultado en torno a los 10 días (aunque en ocasiones es inmediato).
El tratamiento suele realizarse en pocos minutos, no siendo necesaria anestesia, y el paciente solo presentará en algunos casos algún hematoma o zonas inflamadas o enrojecidas levemente.
Las contraindicaciones, como en cualquier tratamiento médico, existen al igual que los efectos no deseados, aunque estos son muy escasos y reversibles en breve período de tiempo.